Fui a verte un día...
conseguí que abrieras la puerta.
Pero no me reconociste,
de un día para otro
yo no sabias quien era.
Puede que tu demencia fuera lenta
pero nunca creí...
que tan rápido ocurriera.
El día antes sin más
estábamos viendo fotos.
Fui a verte como todos los días
para ayudarte en tus tareas.
Me dijiste que me fuera
y sin más me di la vuelta,
pensando me quede fuera.
Creí que me llamarías
por eso en las escaleras
me quede sentada un rato.
Viendo que no me llamabas
me fui triste y desconsolada.
Pero volví al día siguiente
y como si nada pasara,
entonces entendí entre lagrimas
que la edad deja secuelas
y no razona de veras.
Seguiré todos los días
esperando cualquier cosa
y con amor y cariño
seguire con mi tarea
de hacerte feliz tus días.